Por la información más abierta, el ritmo de vida, la educación así como las múltiples enfermedades actuales, comer saludable ya no es sólo cuestión de imagen; males como la diabetes, colesterol, hipertensión, depresión y una larga lista más, pueden tener un panorama completamente diferente si además de las consultas médicas y fármacos se les combate con una alimentación sana.
Beneficios de una dieta saludable
Estar a dieta no quiere decir comer de forma limitada o solamente lechuga y agua. La palabra dieta de hecho se entiende como el consumo habitual de alimentos, es decir nuestro hábito alimenticio, por eso la dieta varía en cada persona según su edad, sexo, actividad física y necesidades propias.Sin embargo y aunque cada dieta debe ser personalizada como mencionamos, hay ciertas constantes que podemos acoplar y mejorar considerablemente nuestra salud.
Los beneficios de una dieta saludable se verán reflejados tanto en el interior como en el exterior, por ejemplo, mejor estado de ánimo, más energía física, mayor capacidad mental, alivio de muchos males como dolor de cabeza, gastritis, estreñimiento; por otro lado el cabello y la piel se verán beneficiados, el olor de boca, humor corporal, y dicho está de más bajaremos esas llantitas indeseadas.
Cómo cambiar nuestra dieta
Si bien la mejor recomendación es acudir con un experto en nutrición, puedes hacer ciertos cambios básicos, por ejemplo.Reducir el consumo de carnes
En su defecto que sean magras o bien sustitúyelas por soya u otras proteínas como lentejas, frijoles o semillas. El consumo de carne debe ser 3 veces a lo mucho por semana y en el siguiente orden, pescado, pollo, res y puerco como última opción.
Reducir el consumo de lácteos
Existen opciones saludables y gentiles con tu aparato digestivo como la leche de soja, almendras o alpiste, igualmente sustitutos de crema y leche como el tofu.
Evitar los carbohidratos
Evita el consumo de carbohidratos simples, es decir pan, pastas, arroz y ciertos cereales. En su lugar consume productos integrales y aumenta las porciones de fruta y verdura en tus comidas.
Evitar las golosinas
Si tienes algún antojo intenta saciarlo primero con alguna semilla dulce o fruta, aún así puedes darte un gusto pero esporádicamente, en el mercado hay ya gran cantidad de productos bajos en grasa o azúcar para calmar el hambre entre comidas.
Aumenta la cantidad en comidas al día pero disminuye las porciones de cada una, así mantendrás a tu organismo trabajando constantemente lo cual acelera el metabolismo, además de prevenir o combatir los síntomas de una hipoglicemia o diabetes.
Recuerda que la buena alimentación no es cosa de gordos
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